10 de Noviembre de 2020
Padre Patrick Peyton
Muy estimados Amigos:
«La familia que reza unida permanece unida » —afirmaba sin cesar el padre Patrick Peyton. El Papa san Juan Pablo II retomó esa fórmula en su carta apostólica sobre el Rosario : « Además de oración por la paz, el Rosario es también, desde siempre, una oración de la familia y por la familia. Antes esta oración era apreciada particularmente por las familias cristianas, y ciertamente favorecía su unión. Conviene no descuidar esta preciosa herencia. Se ha de volver a rezar en familia y a rogar por las familias, utilizando todavía esta forma de plegaria… La familia que reza unida, permanece unida. El Santo Rosario, por antigua tradición, es una oración que se presta particularmente para reunir a la familia. Contemplando a Jesús, cada uno de sus miembros recupera también la capacidad de volverse a mirar a los ojos, para comunicar, solidarizarse, perdonarse recíprocamente y comenzar de nuevo con un pacto de amor renovado por el Espíritu de Dios » (Rosarium Virginis Mariæ, 2 de febrero de 2002, núm. 41). El siglo xx conoció a un apóstol del Rosario de prodigiosa proyección : el padre Patrick Peyton. Para su apostolado, ese religioso de la congregación de la Santa Cruz utilizó todos los medios que le ofrecía la técnica moderna.
Patrick Peyton nace el 9 de enero de 1909, y es el sexto de los nueve hijos de John y Mary Peyton. La familia lleva una vida muy pobre en la pequeña granja que explota en Carracastle, County Mayo, en Irlanda. Por la noche, todos se reúnen para rezar el Rosario a la luz de la lumbre. Cada domingo o día festivo, la familia se dirige a pie a la iglesia parroquial de San José de Attymass, donde Patrick había sido bautizado cuatro días después de nacer. La salud del padre no le permite, como sería su deseo, subvenir a las necesidades de los suyos : muchas veces deben acostarse sin cenar. La primogénita emigra a los Estados Unidos para buscar trabajo y ayudar a los suyos ; muy pronto, las otras dos hermanas siguen su ejemplo. En 1928, a su vez, Patrick y su hermano mayor, Tom, se reúnen con sus hermanas en Scranton, en Pensilvania. Tom halla trabajo en las minas de carbón, y Patrick se convierte en sacristán de la catedral.
Desde su más tierna edad, Patrick se ha sentido llamado al sacerdocio ; sin embargo, ante la imposibilidad de emprender los estudios necesarios, y con gran amargura, ha tenido que renunciar a ello. Su empleo en la catedral, cerca del sagrario, le reconforta y le ofrece la ocasión de confiar al obispo su deseo de acceder al sacerdocio ; Tom hará lo mismo unas semanas más tarde. Conmovido, el prelado toma a su cargo los gastos de la educación de ambos en una escuela religiosa. Los dos muchachos son mayores que sus compañeros de clase, pero su deseo de llegar a ser presbíteros les estimula a la hora de soportar las consecuentes humillaciones. En aquella época, unos sacerdotes de la congregación de la Santa Cruz (Instituto fundado en 1837 en Le Mans, Francia, por el beato Basilio Moreau y cuya finalidad es atender las necesidades pastorales y educativas) están predicando una misión en la catedral. Patrick y Tom, impresionados por ello, piden a esos religiosos que los acepten en su Instituto. Se incorporan entonces al seminario de la Santa Cruz, en el campus de la Universidad Nuestra Señora (Indiana), a fin de completar sus estudios superiores, entrando luego en el noviciado ; al finalizar éste, profesan sus primeros votos religiosos y prosiguen sus estudios de grado en filosofía.
La tesorera de las bendiciones divinas
Patrick, que desea ser misionero, es enviado al seminario de las Misiones Extranjeras de la Santa Cruz en Washington. Sin embargo, al contraer tuberculosis durante su tercer año de teología, regresa a la comunidad de Nuestra Señora. A pesar de permanecer un año en la enfermería, no se cura y su salud se deteriora irremisiblemente. Un padre anciano le aconseja entonces que ponga toda su confianza en la poderosa intercesión de la Virgen María, y la comunidad de la Santa Cruz inaugura una novena de Misas para obtener su curación. Durante esa semana, Patrick afirma que se encuentra mejor. Los médicos, sorprendidos por ello, lo examinan cuidadosamente y constatan que su enfermedad ha desaparecido por completo. Así pues, puede retomar los estudios y recibir la ordenación sacerdotal, junto con su hermano Tom, el 15 de junio de 1941. Como agradecimiento a Nuestra Señora, hace la promesa de pasar el resto de su vida promoviendo la devoción a ella, con objeto de que cada persona pueda descubrir el poder de su auxilio y su ternura maternal. Hasta su muerte, animará a los fieles a dirigir su rostro hacia la Virgen con amor y confianza, para pedirle las bendiciones divinas de la que ella es su tesorera.
Cuando los Estados Unidos entran en guerra, en diciembre de 1941, Patrick Peyton presiente el desastre que golpeará a las familias : a causa de la movilización de los maridos, las mujeres se verán obligadas a trabajar fuera del hogar y los hijos tendrán que arreglárselas ellos solos. Por su propia experiencia, recuerda que fue la oración en común lo que permitió a su familia seguir unida a pesar de dificultades, tensiones y tribulaciones. La oración en común da, en efecto, estabilidad y fuerza, amparo y armonía a la familia. « Otro ámbito crucial de nuestro tiempo —escribía el Papa san Juan Pablo II—, que requiere una urgente atención y oración, es el de la familia, célula de la sociedad, amenazada cada vez más por fuerzas disgregadoras, tanto de índole ideológica como práctica, que hacen temer por el futuro de esta fundamental e irrenunciable institución y, con ella, por el destino de toda la sociedad. En el marco de una pastoral familiar más amplia, fomentar el Rosario en las familias cristianas es una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de esta crisis actual » (Ibíd., núm. 6).
La festividad de las madres
Tras ser nombrado capellán de los Hermanos de la Santa cruz en Albany, en el estado de Nueva York, el padre Patrick moviliza a los hermanos, hermanas y estudiantes del Instituto San Vicente de Paúl y de la Universidad Santa Rosa. Con su ayuda, escribe a todos los obispos de los Estados Unidos con la finalidad de favorecer la promoción en sus diócesis de rezar el Rosario en familia. Consigue además difundir cada tarde, en una emisora de radio local, el rezo del Santo Rosario. En 1942 funda la asociación “The family rosary” (“El Rosario de la familia”). Animado por las reacciones positivas del público, el padre Peyton pide que le concedan un tiempo de audiencia en la red nacional de radio. Emite por primera vez en todo el país en 1945, el día de la festividad de las madres. La familia Sullivan, que había perdido cinco varones en una batalla naval en el Pacífico, así como estudiantes de la Universidad Santa Rosa, animan la emisión. En presencia del arzobispo de Nueva York y del famoso cantante Bing Crosby, rezan y meditan el Santo Rosario. El propio presidente Truman aprovecha la ocasión para agradecer a las madres norteamericanas sus sacrificios heroicos durante la guerra.
El éxito obtenido con la emisión de la festividad de las madres anima al padre Peyton a dirigirse a Hollywood a fin de solicitar la cooperación de estrellas del cine. Son muchos los que responden a su llamamiento, pues, en ese ambiente, cuando algunos se interesan por algo, todos les siguen. El éxito es clamoroso, traduciéndose en la fundación, en 1947, de los estudios “Family Theater of the Air (“El teatro de la familia en las ondas”). Esos estudios grabarán y producirán programas de radio cada semana durante veintidós años, y utilizarán los talentos de grandes estrellas de la escena, de la pantalla y de la radio. Con el paso de los años, esos programas de radiodifusión alcanzarán el período de emisión más largo de la historia. El “Teatro de María”, que fue otra realización del padre Peyton, vivirá menos tiempo, pero alcanzará también grandes éxitos. En 1948, esa iniciativa recibirá la bendición del Papa Pío XII, acompañada de una carta de ánimo.
Poderosas herramientas
El entusiasmo del padre Peyton es prodigioso. En 1948, organiza su primera cruzada del Rosario en Ontario (Canadá). Se trata de campañas de sermones cuyo objetivo es recordar a los hogares la importancia de la oración en familia y animarlos a rezar cada día el Rosario. Por mediación del obispo del lugar, se invita a los párrocos a predicar sobre ese tema durante cinco domingos seguidos, subrayando la importancia de los misterios del Santo Rosario para la vida diaria. En cada parroquia se organizan grupos de hombres, que luego se envían a los hogares de los feligreses para recibir la promesa de que rezarán el Rosario cada día en familia. Todas las campañas acaban en un gran encuentro, en el transcurso del cual el padre Peyton toma la palabra, en presencia del obispo y de sus colaboradores. Esos encuentros atraerán poco a poco a grandes multitudes que llenarán los mayores estadios o los parques de las principales ciudades del mundo (dos millones de personas en Manila o en Río de Janeiro). Se calcula en veintiocho millones el número total de personas que participaron en esos acontecimientos. Esas campañas constituirán poderosas herramientas de evangelización, invitando a los laicos a ejercer sus responsabilidades en coherencia con la fe católica, y a dar testimonio en su favor en sus propios ámbitos. Suscitarán también organizaciones locales destinadas a perpetuar sus frutos.
« El Rosario —decía san Juan Pablo II— es mi oración predilecta. ¡ Plegaria maravillosa ! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad… En efecto, con el trasfondo de las Avemarías pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo. El Rosario en su conjunto consta de misterios gozosos, dolorosos y gloriosos, y nos ponen en comunión vital con Jesús a través —podríamos decir— del Corazón de su Madre. Al mismo tiempo nuestro corazón puede incluir en estas decenas del Rosario todos los hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad. Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón. De este modo la sencilla plegaria del Rosario sintoniza con el ritmo de la vida humana » (Ibíd., núm. 2).
Mientras se desarrollan las campañas del Rosario, los estudios “Family Theater” entran en el mundo de la televisión. « El “Teatro de la familia” fue uno de los primeros espectáculos televisivos que llevaron la historia de la Biblia a los hogares norteamericanos —atestiguará una amiga del padre. El padre Peyton comprendió la necesidad de que los programas tuvieran calidad y un valor de producción fuera de lo común, con la elección de excelentes actores. Y debo decir que, para ser un aficionado, era un hombre que sabía exactamente lo que quería. También dio la oportunidad a jóvenes talentos de darse a conocer ». Por otra parte, él mismo se sorprendía de lo que el Señor cumplía mediante su ministerio. A partir de Pascua de 1950, desarrolla una serie de emisiones nacionales. Algunos actores de Hollywood, de entre los más famosos, siguen aportando su tiempo y talento. Una de las colaboradoras afirmará, cincuenta años después de conocer al padre, que jamás conoció a nadie que amara tanto a la Virgen María. El padre Peyton se dio cuenta de la importancia de lo audiovisual para llegar a los ambientes desfavorecidos y atraer a las almas hacia la Virgen. Empieza filmando representaciones de los quince misterios del Santo Rosario con objeto de proyectarlos en sus campañas. Hace entonces lo necesario para que las emisiones puedan presentarse en los pueblos alejados de África, en las elevadas montañas de los Andes, en las islas de acceso difícil de las Filipinas y en el interior de Australia. Esas películas, dobladas a numerosas lenguas, siguen proyectándose todavía en la actualidad en el mundo entero, y están disponibles actualmente en DVD para uso familiar y parroquial.
La cuna de la religión
«Trabajamos duro para hacer que la obra del padre Peyton fuera un éxito, y estábamos orgullosos de hacer todo lo que podíamos para ayudarle —dirá una artista. Le apoyábamos con mucho amor, tanto a él como a su idea de que nuestras oraciones podían salvar a la familia norteamericana… Como escribió en su libro, la familia se creó para ser la cuna de la religión. Devolved a la familia su alma religiosa y enriqueceréis por entero al país, y fortificaréis la civilización. El despacho del padre se vio inundado de invitaciones procedentes de todos los países. Y una de sus campañas más imponentes fue la de Río de Janeiro. El padre aprendió incluso portugués para poder hablar a aquellos millones de brasileños. Uno de sus mensajes fue el del amor de Dios hacia los pobres ».
El padre Peyton no está dotado de gran talento oratorio, pero sus oyentes perciben en él a un hombre de Dios resplandeciente de caridad. Fortificado por la oración y por su total consagración a Nuestra Señora, consigue superar su natural timidez. Su inmensa reputación constituye para él una cruz que acepta sobrellevar siguiendo a Jesús. De ese modo, con la sencillez de un niño, consigue convencer a millones de personas que deben rezar cada día el Rosario en familia. Se expresa lentamente con su acento irlandés y consigue transmitir su mensaje con tanta humildad, sencillez y entusiasmo que todos los que le oyen acaban profundamente conmovidos. Su intenso amor por María, a la que desea ver honrada en cada hogar, es comunicativo. « Cuando nos hablaba, nos sentíamos enardecidos por su amor » —relata un testigo. El padre resume sus discursos con fórmulas muy marcadas : « Una familia que reza es una familia unida. —Un mundo en oración es un mundo en paz ».
El Santo Rosario es una verdadera escuela de oración. « El Rosario propone la meditación de los misterios de Cristo con un método característico, adecuado para favorecer su asimilación. Se trata del método basado en la repetición. Esto vale ante todo para el Ave Maria, que se repite diez veces en cada misterio. Si consideramos superficialmente esta repetición, se podría pensar que el Rosario es una práctica árida y aburrida. En cambio, se puede hacer otra consideración sobre el Rosario, si se toma como expresión del amor que no se cansa de dirigirse a la persona amada con manifestaciones que, incluso parecidas en su expresión, son siempre nuevas respecto al sentimiento que las inspira… Una cosa está clara : si la repetición del Ave Maria se dirige directamente a María, el acto de amor, con Ella y por Ella, se dirige a Jesús. La repetición favorece el deseo de una configuración cada vez más plena con Cristo, verdadero “programa” de la vida cristiana. San Pablo lo ha enunciado con palabras ardientes : Para mí la vida es Cristo, y la muerte una ganancia (Flp 1, 21). Y también : No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí (Ga 2, 20). El Rosario nos ayuda a crecer en esta configuración hasta la meta de la santidad » (Juan Pablo II, ibíd., núm. 26).
« ¿ Qué podré decir ? »
El padre Peyton celebra la Santa Misa y reza el breviario con fervor. Se queda rezando al pie del sagrario y desgrana constantemente su rosario. Cuanto más le abruman las dificultades, más reza. Su confianza en María no tiene límite, y su esperanza no queda decepcionada, ya que, en medio de las preocupaciones relacionadas con la organización de los grandes encuentros multitudinarios, con la producción de emisiones radiofónicas y de películas, con los viajes hacia regiones remotas o con la gestión de un correo invasivo, él permanece con el alma en paz, amable y bondadoso. Su fidelidad al deber de estado, cumplido con esmero y eficacia, jamás apaga el afecto que transmite a las personas a las que intenta ayudar. Se encuentra a gusto y libre con las grandes estrellas y los magnates de la industria del cine, de la radio y de la televisión, así como con las personas más modestas. Ricos y pobres sostienen su obra de múltiples maneras, pero él permanece humilde. « Fue un hombre santo, tenía una gran humildad y, no obstante, una enorme fuerza gracias a su fe intensa —relatará Mary Buchenau Mac Quenn. Lo vi con mucha frecuencia en medio de una gran multitud con fotógrafos y miles de personas, pero él allí estaba, modesto y humilde, y sé que en medio de todo aquello pensaba : “¡ Oh !, ¿ qué podré decir a todas esas queridas personas para acercarlas a la bendita Madre ?” ».
« El testamento espiritual del padre Peyton —afirmará un padre provincial de la Santa Cruz— es el recuerdo constante de que necesitamos rezar por las personas. Es muy importante en la actualidad, porque llevamos una vida tan inquieta y tan llena de distracciones que tenemos la impresión de que los medios de comunicación están simplemente para divertirnos… Él tomó posición por los valores espirituales, por el reino de Dios en nuestras vidas ».
La presencia de María
El corazón del padre Peyton se debilita cada vez más ; ya no le permite acudir con tanta frecuencia a los despachos de los estudios de producción de Hollywood, y le obliga a retirarse en el convento de las Hermanitas de los Pobres de San Pedro, en California. Allí continúa interesándose por los programas de radio y de televisión que relacionan los misterios del Santo Rosario con la vida contemporánea. Pasa el tiempo rezando, ofreciendo su impotencia y sufrimiento a Dios y a la Virgen. « El padre Peyton —atestiguará una hermanita de los pobres— nos hacía conscientes de la presencia de María en nuestra vida. Quería darla a conocer en todo el mundo y dar testimonio del poder y del amor de la Virgen por todos ». Después de sufrir una operación quirúrgica de corazón, el padre continúa como puede su misión. Sor María Ana relatará : « La última noche estaba inquieto y le ayudamos para ir a la cama ; había celebrado Misa la víspera de su muerte, y aquella última noche estaba en la cama. Sus últimas palabras fueron : “María mi reina, mi madre” ». Muere en San Pedro, en California, el 3 de junio de 1992. A petición de la congregación de la Santa Cruz, el obispo de Fall River, Massachusetts, con el acuerdo del Vaticano, presentó su causa de beatificación el 1 de junio de 2001. La congregación de la Santa Cruz continúa la obra apostólica iniciada por el padre Peyton en catorce países.
La asociación “Family Rosary” propone programas que promueven rezar en familia, misiones parroquiales y conferencias espirituales. Publica libros y folletos, difunde el mensaje del padre Peyton en internet y distribuye gratuitamente millones de rosarios confeccionados por grupos parroquiales de bienhechores que participan así en la obra del padre. Los estudios “Family Theater” continúan produciendo documentales y obras teatrales, algunos de ellos premiados. El “Institut de la Famille Père Peyton” realiza investigaciones sobre la vida en familia y propone cursos que refuerzan los lazos familiares y enriquecen la comprensión de la fe católica. Propone igualmente programas concretos para luchar contra los problemas habituales de la sociedad actual : drogas y abuso del alcohol, violencia familiar…
Con motivo de sus apariciones, a menudo la Virgen ha pedido que se rezara el Rosario (Lourdes, Fátima, Île-Bouchard…). ¿ Hemos respondido suficientemente a esa petición ? En la actualidad, ante los ataques contra la familia, la vida y el amor verdadero, es urgente retomar esa oración a la que nos exhortaba san Juan Pablo II : « Una oración tan fácil, y al mismo tiempo tan rica, merece de veras ser recuperada por la comunidad cristiana… Pienso en todos vosotros, hermanos y hermanas de toda condición, en vosotras, familias cristianas, en vosotros, enfermos y ancianos, en vosotros, jóvenes : tomad con confianza entre las manos el rosario, descubriéndolo de nuevo a la luz de la Escritura, en armonía con la Liturgia y en el contexto de la vida cotidiana. ¡ Que este llamamiento mío no sea en balde ! » (Ibíd., núm. 43).
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