Desde sus orígenes, la Abadía San José organiza Retiros para hacer participar a los laicos en las riquezas de la vida contemplativa. Estos Retiros se inspiran en los Ejercicios Espirituales de San Ignacio.

“Pediré el conocimiento íntimo del Señor que se hizo hombre por mí, con el fin de amarlo con más ardor y seguirlo con más fidelidad.”
Ejercicios Espirituales, n. 104
«La llamada a la santidad no puede ser oída ni seguida sino en el silencio de la adoración ante la transcendencia infinita de Dios. Debemos confesar que todos necesitamos de este silencio cargado de presencia adorada (…) Todos, creyentes e incrédulos, tenemos necesidad de aprender el valor del silencio que permite al Otro (Dios) hablar, cuando y como Él querrá y que nos permite a nosotros comprender esta palabra. En la práctica eso supone una gran fidelidad al rezo litúrgico y personal, al tiempo consagrado a la oración mental y a la contemplación, a la adoración eucarística, a los Retiros mensuales y a los ejercicios espirituales.»
Juan- Pablo II, Exhortación Apostólica sobre la vida consagrada, 25 de marzo de 1996.

“Me representaré la casa donde se encuentra Nuestra Señora; considerando en particular la habitación y el oratorio de la Madre del Salvador “
Ejercicios Espirituales, n. 220
“Jesús resucitado se apareció en primer lugar a la Virgen María.”
Ejercicios Espirituales, n. 299
«En nuestras comunidades de Misioneras de la Caridad, desde los comienzos hacemos los Ejercicios espirituales de San Ignacio, que son muy hermosos y provechosos. Los aconsejo a todos: no están reservados a los religiosos. Son tanto más fructuosos que el sacerdote que los da, sigue con fidelidad y mucho cuidado, el método que San Ignacio nos dio él mismo.»
Santa Madre Teresa, el 14 de septiembre de 1986